Memoria de CaBo PoLoniO EcOsuTentaBle

MEMORIA
El concepto de aislamiento que surgió en las primeras clases fue el disparador de la idea del proyecto. 
El Cabo Polonio es un pequeño poblado de pescadores de aproximadamente 100 personas ubicado en el departamento de Rocha, su entrada queda en el km. 264,5 de la ruta 10. Una vez en la entrada las opciones son caminar 7 km entre dunas y bosque, o contratar transporte en alguno de los vehículos todo terreno que hacen la travesía hasta el Cabo Polonio. Sus límites están dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) desde el año 2009 debido a que se encuentra en un entorno único y digno de preservar. 
Durante el verano recibe un caudal muy alto de turistas (más de 50000 en enero que es el mes de más actividad) que año tras año viene en aumento. En total cuenta con 433 viviendas.
El Parque Nacional Cabo Polonio es un área de sugerente belleza paisajística, que aún conserva características típicas del paisaje de la costa atlántica uruguaya, previo al proceso de transformación que se inició a mediados del siglo XX por la expansión del modelo urbano-turístico tradicional.
Esta área costero-marina posee una gran heterogeneidad de ambientes naturales, que incluye playas arenosas, puntas rocosas, dunas, bosque nativo costero, pequeños humedales, ambientes oceánicos e islas. Muchos de estos ecosistemas son prioritarios para el SNAP, dada su distribución restringida en el territorio uruguayo (ecosistemas raros). El componente más destacado -por su singularidad- es el sistema dunar de Cabo Polonio, que constituye el remanente más extenso de una faja arenosa que se extendía antiguamente a lo largo de nuestra costa. Es una de las pocas áreas de dunas móviles de la región, con zonas que superan los 20 metros de altura.
 Los inviernos son muy duros y el lugar se convierte en un entorno muy hostil caracterizado por muchos vientos muy fuertes. Aunque también es un lugar con mucha exposición solar ( altos niveles de asolamiento). En cuanto al terreno es todo roca y arena: CONEAT entre 0 y 0,7.
Entonces teniendo en cuenta todo eso (aislamiento, población reducida, constante demanda, alta relación volumen/peso de las hortalizas lo que implica altos costes de transporte, infertilidad del suelo, etc.) y pensando en que existe un problema de autosubeficiencia alimentaria (debido a los altos costos de transporte y logística ya mencionados y a la escasa o casi nula proporción de tierra cultivable) sumado a una inexistente organización y reutilización de los residuos, es que me surgió la idea de optimizar todos esos recursos que se desperdician por parte de todos esos turistas para que sirvan de insumo para el autoabastecimiento de la población local durante todo el año y economizar en muchos aspectos como el transporte y la logística. Además de inculcar las buenas prácticas de la agroecología, las cuales implican altos grados de biodiversidad y sustentabilidad.
Otra pata del proyecto es integrar a los pescadores con los restos de pescado para fabricar compost de primera calidad.
Indudablemente los pobladores ya tienen su sistema de alimentación organizado (con sus proveedores rurales locales de la zona, o no) y piensen que así están bien y no necesitan cambiar nada. Yo no pongo en duda que estén bien si así lo piensan, pero creo que podrían estar mejor ya sea mediante una mejor y más cómoda alimentación, más económica y ecológica. También espiritualmente mejor, ayudando al ambiente a cumplir con el ciclo circular de la naturaleza, conviviendo en armonía con ella. Siendo conscientes de todo lo que implica el proceso de alimentación para nuestra existencia.
Conociendo el lugar como turista habitual que va año tras año pude constatar que el sistema de clasificación de basura en el balneario es nulo. Es entonces que nace la propuesta de implantar un sistema de organización y clasificación de los desperdicios en el entorno para luego con ello poder instaurar un sistema de huerto (mediante el compostaje principalmente y otras técnicas agroecológicas). Sin duda que todo este sistema tiene que ir acompañado de una tarea educativa que sería ex ante y otra ex post de fiscalización y monitoreo durante el desarrollo del proyecto.
La primer etapa de la idea consta en instalar 6 sitios con los contenedores necesarios e identificados para la clasificación. Seguramente esos sitios sustituirán a los actuales contenedores de madera. Previamente y durante todo el proceso es clave que se acompañe con un programa de educación tanto a la población como los turistas.
La segunda etapa se basaría en construir un invernadero que a su vez también sirva como lugar de encuentro de la comunidad y como un posible atractivo turístico (pequeño escenario). Luego empezar a llevar los residuos con el correspondiente tratamiento. El lugar elegido es un predio de 5000 mts2 lindero al faro que pertenece a las F.F.A.A. Aquí es necesario reclutar un equipo interdisciplinario de expertos (horticultores, Ingenieros agrónomos, paisajistas) para llevar a cabo la ejecución de la obra, que mientras realizan las tareas con ayuda de la población local vayan transmitiendo todo el conocimiento pertinente en una modalidad de sinergia “todos aprendemos de todos, todos enseñamos a todos” (porque también el habitante local puede brindar información muy valiosa).
Tener en cuenta el ciclo particular de este proyecto: es decir, el ingreso de una gran masa de residuos (insumos) en el periodo estival (quizás más del 90%) para su posterior descomposición y tratamiento durante el año.
En resumen: considero de vital importancia que para que Cabo Polonio siga una lógica y una dinámica acorde a un área protegida es primordial que se traten los residuos generados en el área de estudio para que estos cierren el ciclo biológico natural. Entonces la idea es clasificar los residuos orgánicos para que luego a través del trabajo de las lombrices rojas californianas se genere un sustrato de altísima calidad con un óptimo contenido en nutrientes. Este sustrato (totalmente escaso en la zona) nos va a servir de insumo básico para el cultivo de hortalizas y otras especies. 
Para el cultivo de estas hortalizas es indispensable la construcción de un invernadero de 50x25 mts,con un techo de material reciclado no más alto que los 4 metros. Además lo acompañarán el espacio para el lombricompostaje y una caseta para acopio de herramientas y lo que fuera pertinente. Todo esto en un entorno de vegetación psamófila debidamente controlado y protegido en los primeros años de implantación.

Comentarios

Entradas populares